El pasado día 16 de marzo en el desarrollo de una serie de dinámicas en las que se trabajaron emociones la comunidad terapéutica visitó el cementerio de la ciudad.
El trabajo que previamente fue iniciado en el centro consistía en llegar a identificar en nuestras conductas autodestructivas (la drogodependencia como manifestación de no querer estar en la vida) a algún ser querido, alguien cercano a nosotros al que de un modo u otro seguimos, alguien al que imitamos en ese proceso de no querer estar. Alguien presente en nuestros acontecimientos vitales precisamente por su ausencia.
Tras la lectura del artículo publicado por el diario El País con fecha de 12 de marzo de 2016 de Pablo Gentili titulado “Morir en la mierda” realizamos un trabajo introspectivo en el que visualizamos cada uno de los momentos en los que nuestra vida ha estado en riesgo.
Durante la visita nuestros usuarios experimentaron todo tipo de emociones y sentimientos.
No dejó de ser una experiencia enternecedora en la que de una forma sencilla cada uno de nosotros se reconoció y honró a sus difuntos destacando a aquellos que por diversos temores nunca lo lo habían llegado a hacer o incluso nunca pisaron Camposanto.
Sirva este pequeño gesto y esta pequeña reseña como colofón a un acto emotivo y que dejó un buen sabor de boca a una comunidad que no quiere olvidar de donde viene.
Equipo Comunidad Terapéutica